Habitualmente, una gran parte de los trabajadores se preocupa por alcanzar una mejora del rendimiento laboral cuando se acerca fin de año, momento en el que también se realiza la revisión anual de los objetivos y del desempeño personal. Evita caer en este patrón reactivo. En lugar de ello, busca potenciar tu talento diariamente y enfócate en tu desarrollo personal de forma constante.
La mejora en el trabajo no es una tarea de un día, sino un proceso continuo. Quizá, sientas que el camino hacia el aumento de la productividad es arduo y complejo, pero te aseguramos que no tiene por qué ser así. Si empleas las estrategias correctas para maximizar la eficiencia, verás cómo tu rutina se simplifica y tu competencia cobra nuevas dimensiones.
La cantidad de tareas que tienes que realizar cada día pueden llegar a agobiarte. Es posible que, en determinados momentos, sientas que la presión y el estrés te impiden avanzar. Tómate un momento para respirar profundo. Puedes reorganizar tu rutina para que no te sientas constantemente abrumado por el tiempo y las urgencias.
Aunque parezca difícil de creer, alcanzar una notable mejora del rendimiento laboral es posible y sin un esfuerzo excesivo. Solo necesitas organizarte adecuadamente para saber por dónde empezar y cómo desarrollar tu jornada de trabajo. A continuación, compartimos contigo 10 consejos para aumentar la productividad que puedes poner en práctica hoy mismo.
Entre las mejores estrategias de mejora de la eficiencia, destaca la planificación y la priorización de tareas. El postulado es muy fácil de comprender: si sabes qué debes hacer, no perderás tiempo y, por lo tanto, serás capaz de realizar tu labor con eficiencia. Para ello, los especialistas recomiendan terminar cada día anotando las tareas a llevar a cabo al día siguiente. De este modo, al inicio del día, deberías comprobar qué actividades tienes por delante y priorizarlas adecuadamente. En este punto, es importante que tomes en consideración qué tareas son urgentes, cuáles importantes y cuáles cumplen con ambas características (o con ninguna).
Utiliza la matriz de Eisenhower para lograr un notable aumento de la productividad. La misma consiste en cuatro cuadrantes, conformados por las variables “importante” - “no importante” y “urgente” - “no urgente”. En la parte superior izquierda, debes ubicar aquellas tareas relevantes y que deben resolverse a la brevedad; mientras que en la parte superior derecha, anotarás aquellas de mínima importancia, pero gran urgencia. Los cuadros inferiores están reservados para las tareas urgentes, pero no cruciales (es decir, aquellas que podrías delegar); y las tareas que no cumplen ninguna de las dos variables principales. Estas últimas deberían ser eliminadas, ya que no suelen guardar relación directa con el trabajo. Otra buena opción en la búsqueda de la maximización del rendimiento es otorgar entre cero y dos puntos a cada tarea (significando 2 que es vital o estratégica) y, a su vez, darle un punto a aquellas cuya fecha de entrega esté más próxima. Así, deberías ejecutar primero las tareas con mayor puntuación.
Sin importar la técnica que emplees, deberías siempre tomar en consideración que la planificación de tu día es esencial para terminar tu jornada con el mínimo estrés posible. La priorización te permite abordar las tareas fundamentales en primer lugar, para después ocuparte de aquellas menos determinantes.
La mejora del rendimiento laboral solo puede lograrse cuando eres consciente de aquellas situaciones que te impiden ser eficaz. Por este motivo, el primer paso sería analizar cuáles son las causas de que no logres cumplir con tu listado de tareas pendientes. Aunque te resulte difícil de creer, el desorden en tu lugar de trabajo puede ser un factor que te impida concentrarte al máximo. Asimismo, la falta de organización podría llevarte a buscar documentos u otros materiales durante varios minutos o, incluso, horas, provocando una pérdida de tu tan valioso tiempo. Por este motivo, mantener el orden es uno de los hábitos de trabajo efectivos que debes poner en práctica; pero no es el único.
Procrastinar es otro de los hábitos que puede afectar tu desempeño. Dejar para mañana algo que podrías hacer hoy solo acumula tareas y te obliga a enfrentarte a situaciones de gran estrés, al tener que resolver cuestiones de manera urgente y, en muchos casos, con menor calidad que si las hubieses abordado en el momento adecuado.
También, deberías evaluar las reuniones de las que participas para determinar si son realmente necesarias. El exceso de encuentros, tanto en persona como a través de videollamadas, puede contribuir a que no llegues a cumplir con tus obligaciones. Idealmente, deberías minimizar las reuniones a solo aquellas esenciales, planificarlas y ponerles un límite de tiempo. Hacer esto no solo contribuye a la mejora del rendimiento del equipo, sino al tuyo propio.
Por último, aprende a decir no. Evita aceptar nuevas tareas si estás al límite de tu capacidad. Ahórrate el estrés asociado y minimiza el riesgo de incumplimiento.
¿Cuántas veces al día notas que tu ordenador tiene varias pestañas de navegación abiertas? ¿Usas varios navegadores al mismo tiempo? ¿Saltas de un tema a otro? ¿Revisas continuamente tu correo electrónico? Durante los últimos años, se ha comprobado que la multitarea, o multitasking por su nombre en inglés, incrementa el tiempo necesario para completar una tarea porque se necesitan alrededor de 20 minutos para alcanzar la máxima concentración. Cada vez que abandonas tu trabajo para prepararte un café, mirar las redes sociales o chequear tu móvil, retrasas el momento de la conclusión de tus obligaciones y reduces tu rendimiento.
La mejora del rendimiento laboral se relaciona íntimamente con la reducción de las distracciones. Pon tu móvil en silencio y déjalo fuera de tu alcance. Desconecta las notificaciones de ingreso de correo electrónico y solicita que no te pasen llamadas. Cierra el chat corporativo, luego de colocar en tu estado que no estás disponible.
Abre solo los archivos, programas y sitios web que necesites para ejecutar la tarea y ponte manos a la obra. Si te desempeñas en tu hogar, ya sea de manera híbrida como remota, prepara tu oficina en un sitio fuera del paso. Es esencial que la misma cuente con una puerta para aislar los ruidos de los demás integrantes del hogar. Podrías, incluso, emplear auriculares para trabajar con mayor tranquilidad.
Desarrollar relaciones sólidas en el ámbito profesional es una de las técnicas de optimización del rendimiento de las que menos se habla. Mantente alejado de los rumores de oficina y basa tu opinión de cada uno de los miembros del equipo en tu experiencia personal. Al cultivar activamente conexiones positivas con tus colegas y superiores, tejes un sistema de apoyo que se extiende más allá de los límites de las tareas diarias. El mismo se convierte en un recurso invaluable en tiempos difíciles. Podrás solicitar orientación, consejos para aumentar la productividad o realizar actividades e, incluso, ayuda práctica. Para ello, debes estar dispuesto a ofrecer lo mismo en retorno: recuerda que las relaciones son carreteras de ida y vuelta.
Al mismo tiempo, estas relaciones repercuten directamente en el sentimiento de pertenencia a un equipo, impulsando la colaboración desinteresada porque existe un compromiso silencioso para trabajar en pos de los mismos objetivos. Así, es más fácil capitalizar las fortalezas y las experiencias mutuas, fomentando el intercambio de ideas y opiniones, y obteniendo una evidente mejora de la calidad del trabajo.
Adicionalmente, estas conexiones contribuyen de manera significativa a la creación de una cultura laboral positiva, un aspecto crucial para la mejora del rendimiento laboral. La confianza y el apoyo mutuo establecen la base perfecta para un ambiente armonioso, que satisfaga los deseos y las expectativas de los trabajadores. Como ves, son muchos los beneficios de invertir tiempo y esfuerzo en construir relaciones profesionales sólidas. Incrementa tu eficacia gracias al poder de la colaboración, ¡no te arrepentirás!
El estrés paraliza y, además, cuando se soporta durante largas temporadas puede desembocar en el famoso, y temido, síndrome de burn out que a tantos profesionales afecta hoy en día. No dejes que esto te suceda a ti también. Si buscas estrategias de mejora de la eficiencia, debes comenzar hoy mismo a aliviar las tensiones. Para ello, identifica cuáles son las situaciones que te producen esa sensación negativa. Una vez conozcas los detonantes, podrás buscar tácticas para afrontarlos de manera saludable. A este fin, puede resultar interesante que comiences a practicar el mindfulness, o atención plena. Desarrolla tu capacidad de estar presente y consciente en el presente, sin distraerte con pensamientos del pasado o preocupaciones sobre el futuro. Conéctate con tu entorno, aprecia tu vida y relaja tu mente.
También, podrías buscar otras opciones como el yoga, que combina el ejercicio físico, los estiramientos y un espacio para la reflexión, o la respiración profunda. Cerrar los ojos y llenar tus pulmones al máximo de su capacidad para, más tarde, liberar lentamente el aire puede ser lo que necesitas para bajar las pulsaciones y afrontar tu día a día con mayor concentración y relajación. No dudes en ejecutar estas técnicas cada día y notarás una mejora del rendimiento laboral al aumentar tu nivel de concentración, mejorar tu estado de ánimo y desarrollar la resiliencia emocional.
Como ya hemos mencionado al inicio de este artículo, la organización impacta directamente en el aumento de la productividad. Por eso, deberías invertir hoy mismo en herramientas de eficiencia en el lugar de trabajo que te permitan cumplir con las fechas de entrega y, al mismo tiempo, delegar y automatizar tareas. En el mercado, encontrarás una amplia variedad de soluciones que te facilitarán tu día a día, desde calendarios hasta listas de tareas por hacer e, incluso, completos flujos de trabajo que, sin duda, colaborarán con la mejora del rendimiento del equipo en su conjunto.
Los calendarios compartidos facilitan la coordinación de actividades, reuniones y eventos, a la vez que permiten visualizar fácilmente fechas de entrega de tareas y proyectos. En Bitrix24, puedes elaborar calendarios de empresa, para registrar convocatorias multitudinarias; calendarios de equipo de trabajo, para una mejor planificación estratégica y gestión de proyectos; y calendarios personales, para el seguimiento de tus compromisos laborales y particulares.
Por otra parte, podrías implementar un gestor de tareas y proyectos. En el punto uno, te indicamos cómo la priorización de tareas colabora en la mejora del rendimiento laboral. Pues bien, esta clase de herramientas es ideal para delegar sin complicaciones. Asigna tareas, establece fechas de entrega, recursos y responsabilidades, y controla los avances de manera centralizada y transparente. Se trata de una excelente opción para fomentar la colaboración, ya que las completas aplicaciones de proyectos, como Bitrix24, incluyen almacenamiento en la nube, documentos compartidos y muchas otras funcionalidades colaborativas que repercuten en una clara mejora del rendimiento del equipo.
Asimismo, las herramientas de eficiencia en el lugar de trabajo pueden ayudarte a reducir tu carga laboral al automatizar eficientemente algunas tareas, como el envío de correos electrónicos sobre la base de un trigger o el avance de los leads por el canal de ventas. Las opciones son múltiples. Simplemente, determina cuáles son tus necesidades y escoge entre las posibilidades disponibles.
La perfección es un ideal inalcanzable, tanto en el ámbito profesional como en el personal. Todo ser humano tiene habilidades que le distinguen y áreas de mayor vulnerabilidad. Ser consciente de tus limitaciones, debilidades y fortalezas es el primer paso para alcanzar la mejora del rendimiento laboral. Entender el porqué es muy sencillo: solo puedes progresar si sabes de dónde partes.
Prepara una lista indicando tus puntos fuertes y débiles, y busca maneras de potenciar unos y trabajar los otros. Capacitarte a través de la asistencia a cursos, la lectura de libros, la escucha de pódcast o la búsqueda de una mentoría puede ser una magnífica idea. Si sabes que algo no se te da bien y no tienes manera de mejorar al respecto, quizá sea mejor que busques apoyo entre tus colegas. Seguramente, si has desarrollado relaciones positivas con ellos, encontrarás a alguien dispuesto a ayudarte.
La maximización del rendimiento solo puede alcanzarse cuando tu mente está en un estado de gran concentración. Para ello, no hay mejor opción que tomar descansos cada cierto tiempo trabajado. La fatiga mental, causada por largas horas sin pausa, puede llevarte a perder capacidad de análisis e impulsarte a tomar decisiones incorrectas. No lo dudes y programa pequeños momentos de relajación.
En este sentido, puede serte útil emplear la Técnica Pomodoro, que regula el tiempo de concentración y descanso. Básicamente, deberías organizar tu trabajo en intervalos de 25 minutos, sin interrupciones ni distracciones. Una vez suene el temporizador, marca tu primer “pomodoro” como finalizado y descansa 5 minutos, antes de comenzar el segundo. Una vez completados 4 pomodoros, podrás hacer una pausa más larga, de entre 15 y 30 minutos. Aprovéchala para estirar las piernas, hacer un poco de ejercicio o practicar alguno de los métodos de relajación que abordamos en el punto cinco.
La resistencia al cambio es una de las grandes problemáticas que pueden minar tu productividad. Mejora tu rendimiento laboral al cultivar una mente abierta. Sé flexible frente a los cambios porque, como bien sabes, pueden acontecer en cualquier momento. En un mercado en continua evolución, la normalidad está marcada por las modificaciones de las variables. Por lo tanto, debes estar dispuesto a adaptarte.
De este modo, no solo te será posible mantener tu eficiencia en los entornos dinámicos, sino que también estarás más receptivo a potenciales oportunidades para el crecimiento personal y profesional. Al ser flexible, te vuelves más resiliente y capaz de aprovechar las nuevas circunstancias en tu beneficio. Busca aprender de los cambios y ajusta tus estrategias según sea necesario para maximizar tu rendimiento en cualquier situación.
Escuchar lo que tus colegas o superiores tienen para decir sobre tu trabajo puede resultar gratificante en algunos casos y desafiante en otros. No obstante, es la mejor manera de crecer tanto a nivel profesional como personal. Encuentra el momento adecuado para solicitar retroalimentación. Quizá, la mejor opción sea planificar una reunión para realizar preguntas específicas y tener la posibilidad de tomar notas.
Incluso si destacas en lo que haces, siempre hay espacio para mejorar. Muchas veces, resulta complejo reconocer las propias fortalezas y debilidades. Demuestra tu capacidad y ganas de aprender, permitiendo que los demás contribuyan a tu progreso a través de opiniones constructivas. Impulsa la mejora del rendimiento laboral al integrar la retroalimentación en tu proceso de desarrollo continuo.
En la búsqueda constante de la mejora del rendimiento laboral, estos diez consejos personales se revelan como herramientas esenciales para potenciar tu eficacia. La planificación y la priorización de tareas te guiarán en tu jornada, mientras que el desarrollo de hábitos efectivos te permitirá sortear obstáculos y optimizar tu tiempo. La limitación de distracciones impulsará tu concentración y construir relaciones positivas en el ámbito profesional fortalecerá tu red de apoyo y mejorará la colaboración.
La práctica regular de técnicas de liberación de estrés y mindfulness te ayudarán a enfrentar desafíos con calma y resiliencia. A su vez, la incorporación de herramientas de eficiencia en el lugar de trabajo simplificará el abordaje de las tareas y repercutirá positivamente en tu desempeño. Busca conocer en profundidad tus habilidades y debilidades. Solicita retroalimentación para un crecimiento continuo y sé flexible ante los cambios. ¡Pon en práctica estos consejos para aumentar la productividad y comienza a notar los resultados en breve!
El rendimiento en el trabajo puede mejorar al:
Los métodos más efectivos para mejorar el rendimiento laboral en un entorno remoto son los siguientes:
La tecnología se puede aprovechar para mejorar la productividad de los empleados al:
El software de gestión de proyectos juega un papel primordial en la mejora del rendimiento del equipo porque potencia la eficiencia al facilitar la organización de tareas, con recursos, fechas de entrega y responsabilidades asignadas. Esto permite una visualización instantánea del progreso, favoreciendo la colaboración y la toma de decisiones para alcanzar los objetivos en tiempo y forma.
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