En los últimos años, las empresas han comenzado a darle cada vez mayor prioridad a la acción de escuchar. Pero ¿qué es
la escucha activa, esa habilidad tan valorada hoy en día? Básicamente, es una destreza que consiste en prestar
atención de manera intencional y consciente a lo que otra persona está diciendo. A menudo, es fácil escuchar sin
realmente hacerlo, pero la escucha activa requiere una verdadera concentración en la conversación.
Sin lugar a dudas, esta habilidad puede mejorar significativamente las relaciones interpersonales al fomentar una
mejor comprensión y empatía entre las personas. ¿Y si aplicases la escucha activa a los negocios? Podrías interpretar
más fácilmente las necesidades y las expectativas de los clientes, lo que a su vez podría aumentar la probabilidad de
cerrar acuerdos exitosos. Si quieres aprender cómo potenciar tus habilidades de escucha activa para cerrar más ventas,
continúa leyendo porque te presentaremos las mejores estrategias de comunicación.
FAQ
¿Qué es la escucha activa?
La escucha activa es una habilidad que implica prestar atención intencionalmente al mensaje que otra persona
está comunicando. Algunos ejemplos incluyen:
- Contacto visual.
- Uso de palabras reafirmantes, como “Entiendo”, “Claro”, “Cuénteme más” o “Tiene sentido”.
- Repreguntar para aclarar el mensaje.
- Resumir para demostrar que se ha entendido.
¿Cuáles son las principales características de la escucha activa?
Las principales características de la escucha activa pueden resumirse de la siguiente manera:
- Total atención en el emisor, tanto en sus palabras como en sus emociones.
- Interés real.
- Empatía y solidaridad.
- Acompañamiento del emisor.
- Neutral (sin prejuicios).
- Comprensión.
- Respuesta acorde y apropiada.
¿Cuáles son los 5 estados de la escucha activa?
Los cinco estados de la escucha activa, según Joseph DeVito, son:
- Recibir el mensaje.
- Comprenderlo de manera activa y consciente.
- Recordar los puntos principales y repreguntar si hubiera dudas.
- Evaluar lo que se ha escuchado.
- Responder de manera adecuada para resolver los problemas planteados.
¿Cuáles son los principales beneficios de aplicar la escucha activa en tu empresa?
Entre los principales beneficios de la escucha activa aplicada a una empresa, destacan:
- Mejorar la capacidad de comprensión de las necesidades del cliente.
- Demostrar empatía y, así, construir relaciones más sólidas.
- Generar confianza.
- Identificar y resolver problemas.
- Obtener información crítica para la toma de decisiones.
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¿Qué es y por qué es importante la escucha activa?
La definición de escucha activa más extendida señala que “es una forma de escuchar y responder a otra persona que mejora
la comprensión mutua”. Podría decirse que es un proceso en el que el oyente no solo escucha las palabras pronunciadas,
sino que también se esfuerza por entender el mensaje que se está transmitiendo. La escucha activa implica estar presente
en el momento y concentrarse en lo que la otra persona comunica, para poder captar su perspectiva y sus necesidades. Es
una habilidad de comunicación altamente valorada que también toma en consideración las señales no verbales del
intercambio.
La clave escondida en la definición se encuentra en la palabra consciente. Mientras en la escucha pasiva la persona se
limita a oír, sin esforzarse por entender su significado o contexto; en la escucha activa, el oyente tiene una clara
disposición a comprender el mensaje que se está transmitiendo. Bajo esta explicación es fácil concebir por qué es
importante la escucha activa para tu negocio.
Dicha habilidad ayuda a entender las necesidades, los deseos y las expectativas de los clientes. Establece una relación
de confianza y respeto con ellos, escuchando atentamente lo que tienen para decir. Además, la escucha activa te
permitirá identificar y resolver problemas o malentendidos, lo que puede mejorar la calidad del servicio y aumentar la
satisfacción del cliente. En última instancia, esto puede traducirse en una mayor lealtad y retención de clientes, así
como en un mayor éxito de ventas.
Mejora tus habilidades de escucha activa poniendo en práctica estas estrategias
Escuchar parecería ser una tarea sencilla; al fin y al cabo, la gran mayoría de las personas considera que tiene buenas
habilidades para escuchar. Sin embargo, hay una diferencia enorme entre simplemente oír y escuchar. El primer verbo hace
referencia a una acción inconsciente y, principalmente, fisiológica. Por su parte, el segundo implica un compromiso
activo y es, claramente, uno de los grandes pilares de la comunicación efectiva. Por este motivo, merece la pena
desarrollar, practicar y mejorar esta valiosa habilidad de manera regular, incluso si comprendes realmente qué es la
escucha activa y consideras que la aplicas en cada interacción.
¿Sabías que los expertos indican que la eficiencia promedio de los oyentes es del 25 %? Diferentes estudios han
corroborado que, en general, una persona es capaz de recordar un cuarto de lo que ha escuchado. Este número disminuye
cuando el receptor está distraído por algún motivo o el tema en cuestión está relacionado con una queja. Por lo tanto,
si lograses mejorar esta habilidad, tendrías una ventaja por sobre tus competidores: estarías escuchando atentamente a
las necesidades de los clientes, incluso a aquellas que no pronuncian, y podrías responder a ellas de una manera más
eficaz. ¿Suena bien?
1. Enfoca el 100 % de tu atención a la persona que habla
El primer paso para desarrollar tus habilidades de escucha activa es, sencillamente, ser consciente de tu intención.
Evita las distracciones a tu alrededor. Deja el móvil a un lado. No verifiques tu correo electrónico ni navegues en
internet. Si tienes al cliente frente a ti, céntrate en su rostro. No dejes divagar a tu mente. El foco de tu atención
debe encontrarse en el propósito de la conversación.
Recuerda que el orador está compartiendo contigo un problema o una situación que le ha generado malestar. Muéstrale
respeto escuchando atentamente lo que tiene para decir. No interrumpas ni comiences a pensar en tu respuesta. Mejor,
enfócate en asimilar el contenido de la conversación, no solo a través de sus comentarios, sino también de sus señales
no verbales. Busca construir una verdadera conexión con el emisor.
2. Demuestra verdadero y sincero interés
Al definir qué es la escucha activa, señalamos que existe un compromiso en la búsqueda del entendimiento de quien habla.
Pues bien, para ello, es imprescindible que el interés sea sincero y que seas capaz de demostrarlo. Para ello, debes
utilizar señales no verbales que manifiesten empatía y atención. Esto resulta vital, ya que más de la mitad de la
comunicación interpersonal en una conversación cara a cara recae en los gestos.
Mira a tu interlocutor a los ojos. El contacto visual te ayudará a mantener la concentración y, a su vez, a empatizar
con la persona que tienes delante. De esta manera, le mostrarás tu apoyo y tu interés. Tu postura corporal, el tono de
tu voz y tus gestos, todo comunica. Una postura erguida, pero no rígida, se asocia al profesionalismo y la honestidad.
Sonreír y asentir con la cabeza, si correspondiese, son otras excelentes maneras de reforzar la sensación de atención.
3. Haz preguntas para comprender la situación en su totalidad
Dentro de la técnica de escucha, las preguntas aclaratorias y las preguntas reflexivas son herramientas importantes,
particularmente para el
departamento comercial. Saber utilizarlas de manera efectiva
contribuirá notablemente a tu nivel de comprensión de las temáticas planteadas por los clientes. Las preguntas
aclaratorias son ideales para reducir la ambigüedad en el mensaje del hablante. Pueden ser abiertas o cerradas, y se
enfocan en aspectos específicos del mensaje.
Por otro lado, las preguntas reflexivas ayudan al emisor a reflexionar sobre su propio pensamiento y sentimientos. De
este modo, puede profundizar en sus propias ideas y tú, por tu parte, puedes entender mejor las motivaciones y las
emociones generadas por la circunstancia que está siendo relatada.
4. Emplea regularmente la paráfrasis durante la conversación
La escucha activa implica no solo escuchar con atención, sino también demostrar que se ha comprendido el mensaje del
hablante. Para ello, se usa la paráfrasis, una técnica que consiste en repetir la información recibida con palabras
propias. Así, podrás reducir posibles confusiones dentro de la comunicación.
La paráfrasis tiene dos propósitos principales: repetir lo que se ha escuchado y comprobar la comprensión. Al reiterar
lo que el cliente te ha comentado, podrás confirmar que has entendido correctamente el mensaje y demostrar que has
prestado atención. El cliente, entonces, se sentirá valorado y más satisfecho. Por otra parte, corroborarás que no
existan malentendidos debido a diferencias culturales o lingüísticas
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5. Brinda retroalimentación a tu interlocutor
Las señales verbales son una forma efectiva de comunicar al hablante que se está prestando atención y comprendiendo su
mensaje. Estas incluyen respuestas mínimas, como "Sí, entiendo" o "Mmm". Al dar retroalimentación, tanto verbal como no
verbal (gestos), se crea un ambiente positivo de comunicación y se fortalece la relación entre el hablante y el oyente.
Además, se puede fomentar una comunicación más efectiva al permitir al emisor saber qué aspectos de su mensaje están
siendo comprendidos correctamente y cuáles deberían aclararse. El hablante también puede utilizar señales verbales y no
verbales para indicar cuándo necesita mayor atención, como hablar más lentamente o enfatizar ciertas palabras. Al
responder a estas señales, el oyente puede demostrar que está prestando atención y al mismo tiempo alentar al hablante a
continuar comunicándose de manera clara y efectiva.
6. Busca el acercamiento mediante la empatía
Lo hemos adelantado al analizar qué es la escucha activa y queremos remarcarlo ahora: la empatía es un componente
crítico y esencial para construir relaciones fuertes y saludables, en especial cuando se refiere a relaciones con
clientes o potenciales. Se define como la capacidad de entender y compartir los sentimientos de otra persona. Para ser
un oyente efectivo, es importante tratar de ver las cosas desde la perspectiva del hablante y preocuparse genuinamente
por sus pensamientos y sentimientos. Esto significa dejar de lado nuestros propios prejuicios y enfocarnos en el
mensaje.
Cuando muestras empatía en las conversaciones, creas un ambiente seguro y de apoyo que permite a la otra persona abrirse
y compartir libremente sus pensamientos y sentimientos. Esto puede conducir a intercambios más profundos y
significativos, y ayudar a construir relaciones más sólidas. Al ser empático, también muestras compasión, respeto y
aprecio por el hablante, lo que puede fomentar un sentido de confianza y comprensión mutua..
7. Practica la escucha activa regularmente
Las habilidades de escucha activa no se desarrollan de la noche a la mañana. Por el contrario, esta destreza requiere
práctica regular. Una vez que se convierte en un hábito, se puede aplicar en cualquier tipo de interacción personal o
profesional. Escuchar activamente puede mejorar las relaciones interpersonales, la resolución de conflictos, el trabajo
en equipo y la
productividad en general. Para practicar la escucha activa regularmente,
es importante buscar oportunidades para hacerlo. Esto puede ser en una reunión de trabajo, en una conversación con un
amigo o, incluso, al mirar un programa de televisión.
Al hacer esto, puedes aprender a identificar las distracciones y las barreras que pueden afectar tu capacidad para
escuchar activamente. Toma nota de tus fortalezas y debilidades para trabajar sobre ellas. Saber escuchar activamente
mejorará no solo tus habilidades comunicacionales, sino también tus habilidades de negociación. Al entender las
motivaciones, deseos y miedos de quien tienes enfrente, contarás con información útil para encontrar soluciones a los
desacuerdos y cimentar la construcción de relaciones mutuamente beneficiosas.
Cierra más tratos y alcanza el éxito empleando la escucha activa
¿Te ha quedado claro qué es la escucha activa y por qué es relevante desarrollarla e implementarla en el día a día de tu
empresa? La práctica de la escucha activa puede llevar a un mayor éxito en el cierre de acuerdos y negociaciones. Al
fomentar una relación sólida y de confianza con el cliente, se establece un ambiente de comunicación abierta y honesta,
lo que puede llevar a una mejor comprensión de sus necesidades y deseos.
Por otro lado, el profundo entendimiento del cliente puede colaborar en el desarrollo de soluciones personalizadas y
adaptadas a sus necesidades, lo que a su vez aumentaría su satisfacción. Además, repercute en tus propias habilidades de
negociación, ya que podrás
identificar oportunidades para llegar a un acuerdo beneficioso para ambas
partes y manejar objeciones de manera efectiva. En resumen, la práctica de la escucha activa puede ser una herramienta
valiosa en el mundo de los negocios, que te ayudará no solo a cerrar más ventas, sino a construir relaciones duraderas
con tus clientes.